Política, medios y pases al pie.

25 de mayo de 2011

#SinSarloEn678

Aunque el Conmigo no, Barone que le lanzó Beatriz Sarlo al periodista haya sido el clímax pochoclero, el momento mas alto de la noche televisiva y que vaya rumbo a quedar impreso en la memoria colectiva twittera del 2011, la emisión de 678 pluralista puede ser considerada como un espectáculo cultural de altísima calidad, que atrajo a la pantalla de la Televisión pública rating proveniente de todo el espectro político K anti K, moderado, etc. y desempolvó por una noche un viejo reclamo de la ciudadanía políticamente interesada: debatan ideas.
Bueno, todo eso ya quedó atrás, forma parte del pasado que sirve al presente solamente como archivo escrachador en la lógica televisiva seis siete ochista. En la emisión del día después de la presencia de Beatriz Sarlo junto a Ricardo Forster y Gabriel Mariotto, el programa volvió a tomar el curso habitual para hacer sus informes. Sarlo, preocupada por la posibilidad de aparecer hasta el hartazgo cuando citó a Jaime Bayly y su comparación de Evo Morales con un simio, no percató que al criticar la forma que el ciclo construye informes con recortes fragmentados ella misma sea recortada y fragmentada. La discusión sobre la idoneidad de la televisión para plantear y analizar temas, vieja como la televisión misma, fue apenas abordada en el programa del día 24, precisamente por lo dificultoso de profundizar y analizar temas. Sarlo dio su visión crítica de la forma que el programa produce sus informes (“con recortes parciales, sin fechas, sin fuentes, se repiten los mensajes”) a lo que solamente Carlos Barragán atinó a defender al grupo argumentando que en realidad es la estructura televisiva la que obliga a recortar los informes. Sandra Russo mas tarde comentaría que ellos siempre parten de la verdad, con “buena leche”, la cual deslizó que no tendría el canal Todo Noticias.

Con el diario del lunes (o el tape editado del día anterior), el informe del 25 sobre lo que se emitió el 24 trató de dejar mejor parados a los diferentes panelistas, los cuales casi no pudieron participar en la discusión entre Sarlo, Forster y Mariotto salvo en pocas y desafortunadas intervenciones. Se tomó la mención de la ensayista sobre los recortes para inaugurar una sección en el programa en la que se analizan la manera en que los otros medios (“La Corpo”) hacen lo mismo, y comenzaron levantando las repercusiones del día anterior en Clarín, La Nación, Perfil y Página/12. Los títulos con gancho como “Beatriz Sarlo dejó en offside al panel de 678” del diario de Mitre fueron contrastados con la sobria cobertura de “Página”, al igual que la no inclusión de lo discutido sobre el ADN a los hijos adoptados por Ernestina Herrera de Noble en ningún diario. De vuelta al piso, Russo reconoció el coraje de Sarlo para presentarse a debatir en un marco imparcial y se preguntaron por que TN no invita a Estela de Carloto o Víctor Hugo. Pero el clima de cordialidad lo terminaría rompiendo Barone, quien atacó la actitud de llegar a un programa y criticar las formas del mismo, comparándolo con quien llega a una casa ajena y se queja de la diagramación de los muebles, sin tener en cuenta en su simplificación que la obra reciente de Sarlo ha sido crítica de 678 y que su discurso no hace mas que reflejar lo que ya estaba volcado en diferentes publicaciones, con la diferencia que en el estudio ya no había nadie que pueda marcárselo, y aclararle al señor con quién sí, con quién no.


Beatriz Sarlo en 6,7,8 Parte 1 de 4

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